La resiliencia, la capacidad para sobreponerse a situaciones adversas, es lo que determina la alta o baja aceptación del dolor, independientemente del sexo.
Los hombres más «quejicas» y las mujeres más fuertes. A lo largo de los años, diversos estudios clínicos han manifestado importantes diferencias de género en la susceptibilidad al dolor por enfermedad, efectividad a los analgésicos y recuperación tras la anestesia. Es más, dichos resultados han sido recogidos por el imaginario popular, y no es complicado escuchar que las mujeres toleran mejor el dolor que los hombres.
Contenido redactado por el Dr. Luis Alonso Echagüe, psicólogo en Córdoba especialista en psicología clínica, deportiva, infantil/juvenil y neuroterapias.