La evaluación psicológica que realizamos en nuestra clínica de Córdoba es una fase de exploración que se centra en comprender e identificar las áreas problemáticas, el malestar y las dificultades, así como el contexto en el que se han producido y conocer las fortalezas y recursos disponibles de la persona. El objeto de la evaluación psicológica es el análisis de la persona. Todo ello nos ayudará y nos servirá de guía en el desarrollo de un plan de tratamiento personalizado.
El objetivo de dicha evaluación es describir, clasificar, predecir, modificar, investigar y explicar el comportamiento humano, utilizando para ello una serie de instrumentos y técnicas con el fin de obtener un conocimiento profundo de las áreas problemas.
Los principales instrumentos y técnicas de las que nos ayudaremos son:
– La entrevista, que se llevará a cabo en la primera sesión con el objetivo de recoger todos los datos posibles referidos al demandante y conocer el motivo de consulta.
En los casos en que el demandante sea mayor de edad, se procederá a la entrevista con el propio paciente, pero en los casos en que la persona que necesita ayuda corresponda a población infanto-juvenil y por lo tanto sea menor de edad, se realizará previamente una entrevista con los padres o tutores y una segunda entrevista con el propio paciente en caso de que sea posible. (Se tendrá en cuenta la edad del mismo y la demanda del problema)
– La observación, la cual estará implicada durante todo el proceso y nos ayudará a describir y explicar el comportamiento de la persona.
– Los autoinformes, son instrumentos estandarizados y tipificados. Miden diversos tipos de variables.
– Otro tipo de técnicas como técnicas subjetivas, técnicas proyectivas, técnicas objetivas…
Una vez finalizada la evaluación se planteará la intervención que será llevada a cabo a lo largo de distintas sesiones. Se acordará la dirección más adecuada para dicha intervención, así como metas a conseguir. Ésta consistirá en llevar a cabo un plan individualizado de trabajo conjunto que nos permita alcanzar los objetivos planeados.
La evaluación psicológica debe ser realizada por un profesional de la psicología, con la formación, cualificación y entrenamiento adecuado, así como debe tener conocimiento de las normas éticas y deontológicas de la evaluación psicológica.
Algunas áreas a evaluar son:
Podríamos llamar inteligencia a la facultad de comprender, o podemos definirla como operación cerebral que permite al sujeto resolver problemas y crear productos que tengan un valor específico o como capacidad de adaptarse al entorno o medio que le rodea utilizando determinadas estrategias… Sabemos que la inteligencia está cargada de un cierto componente genético pero la estructura de la inteligencia puede modificarse con estímulos significativos aplicados en momentos decisivos del desarrollo del niño. No debemos hablar de la existencia de una inteligencia general que vaya creciendo o se estabilice, sino de múltiples habilidades cognitivas, algunas más modificables que otras proporcionando los estímulos adecuados.
Para su evaluación recurrimos a test y pruebas psicométricas mediante las que obtenemos valores numéricos o grados. Algunas de estas pruebas son:
WAIS, para evaluar inteligencia en adultos; WISC para evaluar inteligencia en niños y Matrices Progresivas de Raven en sus distintas versiones tanto para niños como para adultos.
Cuando hablamos de evaluación de la personalidad, nos estamos refiriendo a la idea de medir la personalidad, es decir, cuantificar algo que no podemos ver ni tocar.
Al evaluar la personalidad, no nos interesa la mejor conducta, lo que queremos averiguar es la conducta típica del sujeto, es decir, como suele comportarse en situaciones ordinarias.
En la complicada tarea de medir la personalidad los psicólogos recurren a cuatro instrumentos básicos: la entrevista personal, la observación directa del comportamiento, los test objetivos y los test proyectivos.
En la entrevista personal existen dos tipos de entrevistas: la no estructurada, es decir, el entrevistador es libre de preguntar al cliente acerca de cualquier material que surja y de emplear más preguntas para obtener más detalles siempre que sea apropiado y la entrevista estructurada. En ella el orden y el contenido de las preguntas se definen previamente, y el entrevistador trata de no desviarse del formato.
Respecto a las pruebas proyectivas se parte de la idea de que la personalidad está formada por deseos reprimidos y conflictos inconscientes. En estas pruebas se estimula a las personas para que puedan demostrar sus sentimientos y fantasías. En población infanto-juvenil pueden resultar muy útiles.
Las pruebas objetivas o inventarios son los cuestionarios estandarizados que representan las respuestas escritas; en su mayoría son de verdadero y falso o múltiples. Algunos de estos son: 16 PF-APQ. Cuestionario de Personalidad para Adolescentes, CPQ. Cuestionario de Personalidad para Niños…etc.
Puntuar por encima o por debajo de unos valores en una prueba de RASGOS de personalidad llevará a evaluar al cliente con una batería CLÍNICA o psicopatológica.
La evaluación de las secuelas cognoscitivas y comportamentales resultantes de patologías cerebrales representan la actividad principal a la que se dedica un neuropsicólogo.
La evaluación neuropsicológica es un método diagnóstico que estudia el funcionamiento cerebral y aporta información que no se puede obtener por otros métodos de estudio, como el electroencefalograma, la tomografía computada o la resonancia magnética. Permite al médico y a otros profesionales comprender cómo funcionan las diferentes áreas y sistemas del cerebro de un paciente a través de la medición de sus capacidades cognitivas. La realización de ésta, se lleva a cabo cuando existen síntomas o quejas relacionados con la memoria, la atención, o el razonamiento. Algunos signos pueden ser: cambios en la concentración, la organización, el razonamiento, la memoria, el lenguaje, la percepción, la coordinación o la personalidad.
La evaluación neuropsicológica puede ayudar a identificar debilidades en áreas o funciones específicas, así como la presencia y naturaleza de trastornos cognitivos precoces o leves.
Dispone de sensibilidad para detectar problemas leves de memoria por ejemplo, que de otra manera podrían pasar desapercibidos. La evaluación neuropsicológica es la única herramienta que permite detectarlos así como ayuda a determinar si los cambios de memoria son cambios normales debidos a la edad, o son más bien el reflejo de un trastorno neurológico. Permite también clarificar las causas de un trastorno cognitivo.
Algunas de las pruebas para la evaluación neuropsicológica que empleamos son:
Test de Luria, ENFEN (para niños), pruebas específicas para evaluar algunas funciones cognitivas como puede ser el test D-2 para medir la atención, SDMT, test para medir la memoria FCSRT, pruebas para medir memoria de trabajo como son Dígitos directo y Dígitos inversos… entre otras.