La fobia social es un miedo intenso a ser juzgado y observado por otros y a sentirse avergonzado. Este miedo puede llegar a ser tan fuerte que impida ir al trabajo, al colegio o realizar las actividades diarias. Toda persona ha sentido ansiedad o vergüenza alguna vez.
Algunas fobias suelen ser muy conocidas, como el miedo a coger un ascensor, miedo a las serpientes o a las cucarachas, sin embargo, la fobia social se diferencia de estas otras fobias en que el miedo se centra en situaciones más complejas, y además altera totalmente la vida ya que nos vemos obligados a vivir en sociedad. Todos los seres humanos solemos experimentar cierta incertidumbre o ansiedad al conocer a personas nuevas, pero una vez que se ha roto el hielo, la mayoría coincide en catalogar esos encuentros como una experiencia agradable.
El hecho es que, conocer a nuevas personas o dar una charla puede poner nervioso a cualquier persona, pero las personas que sufren de fobia social se preocupan por estas y otras cosas semanas antes de que ocurran y también experimentan un grado de ansiedad mucho más alto en estas situaciones. El grado ansiedad o vergüenza que estas personas experimentan, es tan alto que provoca que aparezcan señales físicas como:
Estas señales físicas hacen a la persona más vulnerable e insegura y, como consecuencia, la situación social se transforma en algo muy desagradable, por lo que la persona se desanima y comienza a utilizar estrategias de evitación y control para estas situaciones.
A parte de este componente fisiológico, en la ansiedad social se dan otros dos componentes: el componente conductual (principalmente, las conductas de búsqueda de seguridad o de evitación) y el componente cognitivo (creencias, pensamientos e imágenes centrados en el peligro y en la evaluación negativa por parte de las demás personas). Todos solemos tener el deseo de formar parte de los grupos sociales y ser valorados y apreciados, pero en estos casos este deseo se ve disminuido, con la consiguiente baja autoestima y complejo de inferioridad.
Los más importantes podríamos citar:
Algunas personas presentan esta fobia social solo en ciertas situaciones, mientras que otras tienen síntomas en casi todas las situaciones sociales. Normalmente, la fobia social comienza durante la juventud y si no se trata puede durar toda la vida.
Desde la publicación del DSM V, lo que antes era conocido como fobia social, ahora pasa a llamarse Trastorno de ansiedad social. Los criterios diagnósticos fobia social Córdoba para este trastorno son:
Nota: En los niños, la ansiedad se puede producir en las reuniones con individuos de su misma edad y no solamente en la interacción con los adultos.
El origen de la ansiedad social puede ser gradual o puede aparecer tras una o varias experiencias sociales desagradables puntuales. En la mayoría de los casos la persona no recuerda cuándo comenzó ese miedo social ni la situación que lo provocó. Sin embargo, si es frecuente que la persona recuerde ciertos temores sociales ya en la niñez, así como timidez en las relaciones sociales. En estos casos, esta ansiedad social se ha ido gestando desde la infancia y agravándose con el tiempo.
También se da el caso de que la persona recuerde uno o varios sucesos concretos que fueron el inicio de este miedo social. A partir de estas situaciones, la persona comienza a generar un miedo intenso a que esto se repita y así comienza a desarrollar un temor a todo tipo de situaciones sociales.
Uno de los factores que agrava y perpetua esta fobia es la evitación o el no afrontamiento de las situaciones sociales temidas. El individuo con fobia social anticipa que va a tener que hacer frente a una situación social y esto provoca una ansiedad que no puede soportar ni manejar, por lo que decide evitar dicha situación. Al no afrontar la ansiedad y el miedo consigue un gran alivio y tranquilidad que fomenta que este mismo comportamiento se repita en situaciones similares futuras, entrando así en un círculo vicioso que va generando más inseguridad y miedo a lo largo del tiempo.
La vida de las personas que sufren ansiedad social puede verse muy limitada debido a la percepción de que son incapaces de realizar cualquier actividad social. En casos extremos pueden a perder su trabajo, amigos y ver su vida familiar limitada. Es más, si no se lleva a caso una intervención psicológica adecuada ese miedo social no desaparecerá, al contrario, se agravará más con el tiempo.
El tratamiento de la fobia más adecuado para este problema es la intervención psicológica que se llevará a cabo tras una evaluación individualizada. Es importante determinar cuáles son las situaciones sociales que le provocan miedo a la persona, ya que no son las mismas en todos los casos. Determinar exactamente cuáles son estas situaciones ayudará a realizar una intervención más adecuada y completa.
La persona que se somete a una intervención psicológica debe estar en todo momento de acuerdo con el proceso que va a seguir. Obviamente ser hará una intervención personalizada en la que será el propio paciente el que marque el tiempo, no todos los individuos reaccionan y procesan de la misma manera. Al ser una intervención personalizada para el mejor tratamiento de la fobia, habrá bastantes diferencias entre un caso u otro, sin embargo, en este tipo de intervención siempre habrá una serie de elementos comunes a tratar con la persona: